Entrevista de Patricia Jiménez Hidalgo para el Programa de Punto Radio Badajoz:
“Queremos hablar”, emitido en 2010 e incluido en el libro publicado con motivo de
su homenaje del pasado 8 de mayo.
INTRODUCCIÓN PROGRAMA
En el programa de hoy vamos a hablar con dos hombres. Dos hombres que entregan o han entregado su vida a sus respectivos trabajos.
Uno se ha entregado en cuerpo y alma a la que ha sido su casa durante 25 años, en la que ha pasado horas y en la que ha echado el resto. Me estoy refiriendo al que hasta hace poco más de un año ha sido el Director General de Caja Badajoz, José Antonio Marcos Blanco.
Mañana lo hacen hijo adoptivo de Badajoz porque aunque haya pasado tantos años aquí en nuestra ciudad, es gallego, de La Coruña, para ser más exactos. Y le conceden este honorable título por su entrega a la Caja que tanto ha contribuido al desarrollo de la ciudad y a llevar su nombre fuera de nuestras fronteras.
ENTREVISTA
P: Nuestro primer invitado de esta tarde nació en La Coruña o A Coruña, según quién lo diga o cómo quieran llamarlo… luego le preguntamos cómo se dice.
Ha pasado muchos años de su vida aquí en nuestra ciudad. Llegó a Badajoz en 1986 hace 24 años, para ocupar el cargo de Director General de Caja Badajoz, en el que ha estado hasta hace poco más de un año.
Nuestro invitado ha visto crecer a una Caja Badajoz, no en vano ha estado presente en una quinta parte de vida de la entidad, que ahora está en un proceso de fusión con otras dos Cajas de Ahorros y que es una de las pocas que se salvan de los malos datos económicos.
Los años iban pasado y el cargo de Director General tenía que pasar a otro y nuestro invitado se fue. Se fue de nuestra ciudad para volver a la tranquilidad de su tierra, Galicia, para volver a ver el mar todos los días y a disfrutar de su familia, sus olores y
sus sabores. Pero fue solo físicamente, porque seguramente de corazón todavía le queda mucho en esta ciudad, y es que 25 años son toda una vida.
Como supongo que ya se habrán dado cuenta, les estoy hablando de José Antonio Marcos Blanco, quien hasta hace muy poco ocupó la Dirección General de Caja Badajoz.
Está con nosotros aquí en Queremos Hablar porque mañana va a tener lugar un día muy importante en su vida. Mañana el Ayuntamiento de Badajoz lo nombra Hijo Adoptivo de nuestra ciudad.
José Antonio, buenas tardes.
J.A.M: Hola, buenas.
P: En primer lugar, muchas gracias por estar aquí con nosotros en Queremos Hablar.
J.A.M: Es un placer, gracias a vosotros.
P: Bienvenido de nuevo a Badajoz, aunque supongo que usted no es forastero en esta ciudad, ¿no?
J.A.M: No, para nada. No me he marchado, acabo de llegar porque he estado unos días fuera, pero he venido en el último año en distintas ocasiones y seguiré viniendo.
P: ¿Echa de menos Badajoz?
J.A.M: Pues uno no sabe cómo explicar eso. Es una sensación de no tener conciencia de haberme ido y entonces voy y vengo como antes iba a Madrid. Si me pongo a pensarlo, sí lo echaría de menos, pero yo me siento en mucho pacense.
P: Supongo que aquí habrá dejado sobre todo gente, mucha gente…
J.A.M: Muchos amigos, muchos recuerdos, mucha historia…
P: ¿Y le ha costado irse de Badajoz y de la Caja Badajoz, en concreto?
J.A.M: No, bueno… En la Caja Badajoz efectivamente vine aquí en el año 86 y he estado 24 años. La entidad necesitaba un cambio y las circunstancias financieras del país exigían unos modelos nuevos de actuación.
Me han dicho que he sido generoso por marcharme en un momento determinado… yo creo que no he sido generoso, he sido responsable. Los momentos que se venían eran claramente de cambio y en mi caso, lo he dicho públicamente, mi carné de identidad me iba a obligar en un corto plazo a marcharme. Y seguir en el cargo con los cambios que venían pues es como que no se puede sentar uno a jugar una partida de pocker a las 9 si se tiene que levantar a la 10.
El equipo que tenía que jugar el futuro, que lo está jugando y muy bien, tenía que tomar posesión antes y no hacer una interrupción en un proceso que vamos a empezar en mayo de este año, porque no hubiera sido bueno para la Caja y yo he pensado siempre en la Caja.
P: Supongo que seguirá muy de cerca lo que pasa en la Caja, que no se ha ido del todo…
J.A.M: Pues sí, estoy siendo un poco sufridor viéndolo desde lejos. Procuro no interferir, porque insisto que lo están haciendo muy bien, y yo estoy muy contento de los pasos que han dado.
P: Hablábamos hace un momento que usted es de La Coruña.
J.A.M: Sí, de La Coruña.
P: ¿Se dice de La Coruña?
J.A.M: Yo digo de La Coruña.
P: Los gallegos que yo conozco dicen de A Coruña o de Coruña.
J.A.M: Hay de todo. Yo soy de La Coruña de toda la vida y a mí no me van a cambiar.
P: ¿Se parecen mucho La Coruña y Badajoz?
J.A.M: Eso es muy difícil, son cosas totalmente diferentes.
Badajoz es una ciudad muy generosa, que tiene una belleza seria incluso comparando con otras zonas de la región extremeña. Tienes unas magníficas vistas, es una ciudad muy acogedora.
La Coruña es también una ciudad en la que nadie es forastero, pero no tiene nada que ver. Una ciudad tiene mar, la otra tiene campo, tiene río… No es bueno comparar, creo que las dos son grandes ciudades.
P: Los gallegos o los coruñeses y los pacenses son diferentes, ¿ahí si no? De carácter más que de otra cosa.
J.A.M: Pues sí, pero el ser gallego yo creo que es una forma de pensar más que un lugar de nacimiento. Se puede ser gallego en Extremadura y se puede ser extremeño o pacense en La Coruña. Yo creo que porque son ciudades que tienen un gran respeto por las personas, se acoplan perfectamente a vivir en uno u otro sitio.
P: La verdad es que hay gallegos por todas partes del mundo.
J.A.M: Pues sí, más de los que se cree.
P: Si hay un lugar que no se ha descubierto, allí hay un gallego.
J.A.M: Sí, pues no es mentira.
P: Antes de venir a trabajar aquí, ¿ya había estado en nuestra ciudad?
J.A.M: Había pasado por la ciudad, pero no la conocía. Llegué un 14 de febrero del 86 y he estado hasta primeros de agosto de 2009. Ha sido un trabajo continuado, apasionante, con unas realidades tremendas, muy bonitas… y de lo que uno se ha ido muy satisfecho y curiosamente, como decías al principio, con unos reconocimientos excesivos e indebidos. Yo solo he sido alguien que ha cumplido con su obligación y el que te nombren Hijo Adoptivo de una ciudad como Badajoz cuanto menos sobrecoge.
P: Sí, porque no nombran a todo el mundo…
J.A.M: No, yo no lo entiendo muy bien…
P: Bueno ha hecho mucho por esta ciudad…
J.A.M: No, es el cariño y la amistad de la Corporación Municipal, del alcalde, de toda la gente que de alguna manera ha respetado mi trabajo.
P: La primera vez que vino a Badajoz, ¿cuál fue su primera impresión? Porque todo el mundo tenemos una cuando llegamos a un lugar.
J.A.M: Bueno tenía que ver la ciudad y meterme en el tema al que venía, y fue ocuparme de la Caja. Y a partir de ahí, yo no me paré nunca a pensar en la inmersión, me dediqué a trabajar. Aquí solo vine a trabajar y trabajé y disfrute con mi trabajo.
P: ¿Fue difícil coger la Caja en aquellos momentos?
J.A.M: No. Yo venía ya de otras entidades financieras y de otros problemas y aquí no había un problema mayor. La entidad necesitaba una puesta al día y la fuimos haciendo con un gran equipo de colaboradores que son hoy quienes dirigen la Caja y que han dado unos frutos muy singulares, muy positivos y a nivel nacional muy admirados. Y de eso me siento coautor, pero solo coautor y con la ayuda de los Consejos de Administración y de los presidentes que he tenido. Ha sido un tema muy grato.
Como en todo en la vida, hay momentos difíciles. Pero las realidades, y sobre todo las realidades sociales que hemos conseguido ir implementando, justifican mucho cualquier tensión que uno haya podido tener.
P: Decía hace un momento que no comprende ese título de Hijo Adoptivo y hablaba ahora de esa gente que ha llevado Caja Badajoz a nivel nacional. Supongo que una de las razones de este reconocimiento es que Badajoz se conoce un poquito más por su Caja y eso lo ha conseguido Caja Badajoz con la expansión.
J.A.M: Sí, la expansión fue en un momento determinado que parecía oportuno. Creo que estuvo bien realizada, moderada tanto en el resto de España como en Portugal.
Y ahí está hoy la Caja que sigue manteniendo unos elevadísimos niveles de solvencia, en momentos de gran crisis, y que se ha incorporado a un SIP con otras tres Cajas, que es de los mejores que pueden estar funcionando en este país a la vuelta de unos años.
Pero sin olvidar que ha habido un cambio en la Ley de Cajas que va a variar el modelo que ha estado presente casi durante 100 años, y desde luego desde la Ley Fuentes Quintana del año 77 cuando las Cajas pueden empezar a privatizarse… y yo espero que esto no le ocurra a Caja Badajoz porque tiene mimbres para que esto no suceda, que nunca llegue a necesitar privatizarse, ni dentro del SIP en el que está, que es el único del país me parece que no ha pedido un duro al FROG, y que puede realizar una labor manteniendo el nombre de Caja Badajoz, sus señas de identidad, los Consejos de Administración locales y la Obra Social en la región.
Pero eso es un futuro que está por escribir, que están escribiéndolo bien, por lo que vamos a darle 3 o 5 años a este tema para ver qué pasa.
P: Supongo que después de tantos años dedicado en cuerpo y alma a Caja Badajoz, cuando le toque levantarse por las mañanas y no pueda ir a su despacho del Paseo de San Francisco, irá acostumbrándose pero al principio…
J.A.M: Bueno ahora uno abre el ordenador y empieza a ver los periódicos económicos y el Hoy y el Periódico de Extremadura a ver qué pasa por aquí y por teléfono estás conectado con todos. Y luego yo vengo con una determinada frecuencia.
De todas maneras, aquí en muchas ocasiones el despacho fundamental que teníamos era en La Marina a las 2:30 de la tarde… que parecía que estábamos tomando unos vinos, que también, pero ahí con el presidente, con Don Alfredo Liñán, Doña Guadalupe Guerrero, Don Javier Chico, actual director general, o Don Emilio Jiménez, despachábamos temas de importancia en una mesa redonda. Y así funcionaban las cosas.
Y en La Coruña pues también hay otro sitio donde uno se sienta con el móvil a hablar y hay otra Marina.
P: O sea, que hay vida después de Caja Badajoz, ¿no?
J.A.M: Por dios, si no no hubiera merecido la pena vivir.
P: ¿Y ahora a qué se dedica? ¿A qué dedica el tiempo?
J.A.M: Esa pregunta es un poco difícil de contestar… A mirar, a ver, a recordar, a pasmar, que es un deporte importante. Pasmar es mirar un poco al pasado mezclándolo con el futuro y nada más. Me ocupo de mis nietos, de mis hijos… Lo que puede hacer una persona que con 64 años, y a Dios gracias unas buenas facultades físicas y mentales, y que quiere descansar después de 40 o 42 años de trabajo. Ya va siendo hora porque cada vez queda menos…
P: El que hasta hace muy poco fue presidente de Caja Badajoz, que se fue al mismo tiempo que usted, con el que habrá trabajado codo con codo, ha dicho de usted que durante mucho tiempo ha convivido con dos José Antonio Marcos: uno, el duro, el que trabajaba con fuerza para conseguir el mejor resultado económico; y otro, la persona a la que dice le afloraba una lágrima cada vez que se inauguraba un centro para discapacitados de la Obra Social de Caja Badajoz…
J.A.M: Estás hablando de José Manuel Sánchez Rojas, que aparte de presidente ha sido amigo y los amigos siempre mienten un poco a favor de la amistad. Y para evitar esas lágrimas procuraba no ir a las inauguraciones.
P: Y otro presidente, que fue, el de la Confederación de Cajas de Ahorros, Juan Ramón Quintás, dijo que usted es una mezcla entre Don Quijote y El Capitán Trueno. ¿Con quién se identifica más?
J.A.M: Voy a querer elegir bien… con Juan Quintás. No lo sé, al final la gente puede pensar lo que quiera y yo no tengo la idea muy clara…puede que en un momento sea el uno y en otro momento sea el otro, pero es un problema de personalidad… que no va a cambiar uno.
P: Y más gente que se pronuncia. Antonio Mendoza, que fue presidente de Caja Badajoz antes de Sánchez Rojas, dijo que a usted lo conoció trabajando 16 horas al día, ¿eso es cierto?
J.A.M: Pues según lo que se entienda por trabajar… Porque si uno está todo el día dedicado a una materia y duerme 7 u 8 horas, entonces todo el resto del día, estés comiendo, cenando o hablando, tienes como tema básico el trabajo… y entonces sí. Pero yo trabajando en este sentido, un albañil que trabaja 7 u 8 horas se cansa mucho más que yo en 17.
P: Cuando mañana le entreguen ese título de Hijo Adoptivo, no se pueden adelantar los sentimientos, pero qué piensa de esto aunque ya ha dicho que no lo merece…
J.A.M: Siento un poco de agobio porque uno no está preparado para estas cosas…
P: Después de todos los reconocimientos que usted tiene…
J.A.M: Han sido demasiados
P: ¿Usted cree?
J.A.M: Demasiados…
P: Supongo que es una manera de que Badajoz le reconozca todo lo que ha hecho por la ciudad y por la Caja.
J.A.M: Insisto que ha sido todo demasiado.
P: Y también le hicieron un homenaje en Caja Badajoz.
J.A.M: Sí, en el mes de noviembre. A mí, junto con José Manuel Sánchez Rojas y Alfredo Liñán. Y también ha sido una cosa impresionante… y el que le hayan puesto mi nombre a la Residencia y la Medalla al Mérito del Ahorro… Yo no nací para este tipo de cosas.
P: Bueno, José Antonio Marcos Blanco, el que fue director de Caja Badajoz durante muchos años, que mañana va a ser un nuevo Hijo Adoptivo de Badajoz, muchas gracias por estar aquí con nosotros.
J.A.M: Gracias a vosotros.
P: Si quiere decirle algo a la ciudad de Badajoz…
J.A.M: Que muchas gracias.
P: Gracias a usted.